27/01/2011 | GRAN EXPOSICIÓN EN EL PARANINFO HASTA EL 6 DE MARZO.
Palabras, música e imágenes en el universo de Miguel Hernández
´Hijo de la luz y de la sombra´ es el "colofón" al homenaje iniciado por Serrat al cantar los versos del poeta.
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=642468
27/01/2011 EVA GARCÍA
Los visitantes observan material fílmico de la época.
FOTO: EDU NAVARRO
Miguel Hernández puso la palabra; Joan Manuel Serrat se encargó de la música; y veinte cineastas firman las imágenes. Fruto de esta combinación surge la exposición Hijo de la luz y de la sombra. Imágenes para un poeta, que permite entrar en el universo poético y vital del poeta de Orihuela, desde su infancia hasta sus vivencias en el Madrid de Guerra Civil o su sueños poéticos en la cárcel de Alicante.
Organizada por el Ayuntamiento de Zaragoza y la Diputación Provincial, Hijo de la luz y de la sombra está comisariada por la directora del Archivo de la Filmoteca de Zaragoza, Ana Marquesán; y cuenta con Paco Simón como director artístico, Joan Manuel Serrat en la dirección musical, Agustín Sánchez Vidal en la dirección textual y José Luis García Sánchez en la dirección audiovisual. A la inauguración asistió también el rector de la Universidad, Manuel López, y varios de los cineastas participantes en la muestra.
Hijo de la luz y de la sombra es el "colofón de un proceso que se inició cuando pongo música a los poemas de Miguel", explicó Serrat. Una vez visto que esto funcionaba "hice una oferta a la gente del cine" para formar parte de una proyección de para conciertos de la gira del año pasado, pero las imágenes demostraron "tener vida propia", así que Ana Marquesán tuvo la idea de prolongarla para una exposición.
"ROTUNDA Y SENCILLA El alma mater de la muestra define este recorrido como "rotundo y al mismo tiempo sencillo" puesto que "con toda discreción hace caminar al espectador por este universo de Miguel Hernández y lo hace sin otro objetivo que el de llevar de la mano a la gente por este delicioso mundo de palabras, músicas e imágenes", reconoció Joan Manuel Serrat. Además, aseguró que es esta sencillez "la que provoca rotundidad" en la que el espectador atraviesa por la vida de Hernández, "su contexto político y cultural y lo hace situarlo en el tiempo".
Esta exposición, como todo lo que hace, se debe a "razones personales" porque "siempre trato de hacer canciones buenas y Miguel Hernández es un gran letrista. Es un poeta de cabecera que releo y es en esa relectura y en esos buceos profundos donde descubro cosas nuevas".
El recorrido por la trayectoria del poeta se divide en 12 salas y comienza con una gran y colorista palmera y un cortometraje de Javier Mariscal, en referencia a su juventud. Esta época, así como su educación está representada por una instalación de limones en el techo y material que precede al cinematográfico. En el tercer cubículo aparece ya la tragedia, con la muerte de su amigo Ramón Sijé. Elegía, de Pedro Olea, representa ese dolor, a través de una calavera que con la voz de Serrat se va transformando en Miguel Hernández.
El viaje continúa hacia la guerra con los trabajos de Pere Portabella (Uno de aquellos), Sergio Cabrera que en Si me matan bueno recuerda la lucha contra el franquismo mezclada con imágenes de un inmigrante que logró su sueño de llegar a España o Manuel Huerga (El hambre). Junto a ellos, Llegó con tres heridas, que recuerda el concierto de Serrat en Zaragoza en octubre del 2010 y portadas de revistas cinematográficas de mediados de los años 30; y una inquietante obra de Paco Simón, donde una columna vertebral aparece llena de fuego, con la que busca "reivindicar esa pasión por la vida y el ser humano que Hernández imprimió en sus versos".
La cárcel está representada por los cortos de Jaime Chavarri (Nanas de la cebolla), José Luis Cuerda (El mundo de los demás) o un impresionante vídeo de Rogelio Caballero (Hijo de la luz y de la sombra); para acabar con un retrato de Miguel Hernández y frente a él, Cerca del agua, de Garci, que recrea un lugar en el que los pájaros vuelan hacia la libertad.
Este es el recorrido natural de esta "invitación a la vida", aunque José Luis García Sánchez apuesta por "comenzar por la cárcel y ver las causas que le llevan a esto". Para el cineasta, Miguel Hernández es el "prototipo de víctima de la guerra pero también de la cultura porque ha estado sumido en el olvido".
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